Con una paleta monocromática se intervino en la funcionalidad del espacio abriéndose a las vistas antes relegadas del parque mientras se cocina y se desayuna en la barra de granito negro de esta casa inmersa en el verde. Dada la orientación de la cocina hacia el sur, se propuso jugar con una paleta donde el blanco es protagonista para lograr espacios más luminosos y mayor sensación de amplitud. En el fondo del ambiente se diseñó un gran mueble que resuelve todas las cuestiones funcionales de aparatos electrónicos y lugar de guardado necesario en esta cocina de familia numerosa. La impronta del espacio está dada por una barra con diseño único en marmol negro brasil que dota al ambiente de una gran personalidad, sin dejar de lado la calidez que aportan la mesa y las sillas en petereby macizo. Los detalles son una impronta única de Simbiosis, en donde cada objeto hace la diferencia. Desde la elección de las banquetas, hasta la ubicación de una selección refinada de especies aromáticas para disfrutar mientras uno cocina, esta cocina incorpora todos los ingredientes necesarios para entender que no solo vivimos en espacios que funcionen sino que el desafío está en pensar espacios que nos atraviesan y nos hacen sentir bien.
